Reflexiones, disquisiciones, entretenciones y variaciones en torno de esto que parece ser la literatura argentina, siempre más amplio, por cierto
Claro que la poesía está en el cuerpo, aunque uno quiera hacer el oso distraído, o el etéreo, que acaba por ser deletéreo.
Claro que la poesía está en el cuerpo, aunque uno quiera hacer el oso distraído, o el etéreo, que acaba por ser deletéreo.
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